Quizás uno de los peores sean los aperitivos crujientes, un grupo muy amplio que incluye patatas fritas, palomitas o galletas saladas; todos estos dañan la boca de diversas formas. En primer lugar, su composición nutricional es idónea para las bacterias nocivas de la boca, lo que puede conducir a la aparición de caries. Además, se fragmentan en cientos de pequeños pedazos al introducirlos en la boca, que tienen a depositarse en el espacio entre los dientes y en las zonas difíciles de acceder. La placa prolifera alrededor de restos de alimentos.